Después de varias semanas, su pene había crecido hasta casi cincuenta centímetros. Sebastián estaba muy preocupado. Tenía problemas para vestirse y aún para caminar.
Por lo que él y su esposa fueron a ver a un prominente urólogo. Tras un examen inicial, el doctor explicó a la pareja que, aunque extraño, el problema de Sebastián podría solucionarse con cirugía correctiva.
- "Cuánto tiempo estará con muletas", preguntó ansiosa la mujer.
- "¿Muletas? ¿Para qué precisaría muletas?", respondió sorprendido el doctor.
- "Bien", dijo la mujer fríamente, "me imagino que va a alargarle las piernas, ¿no?"
Y es que a veces la mejor solución no es recortar.
Manda este e-mail al consejo de ministros todos los viernes, a ver si lo van pillando.
2 comentarios:
Pues cuantos problemas solucionaríamos recortando... ministros. Para acabar con la rabia, ya sabes, matar el perro.
Un dicho muy popular en esta zona nuestra y que en esta ocasión viene como anillo al dedo; Joaquín.
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