Son considerados como unos bichos raros que solo les preocupa el dinero y sus intereses.
Hoy nos hemos dado cuenta de que hasta a Obama, el hombre más poderoso del mundo, se le van los ojos tras un buen culo.
Sarko, con una pose pensativa observa la reacción de su colega. No está mal la gabacha, piensa, pero mi bambina tiene mucha mejor carrocería.
A mi no me pillarán mirandole el trasero a una dama.
Que suerte tienen estos políticos. Cuando acuden a reuniones o convenciones siempre les ponen unas azafatas que quitan el hipo.
No ocurre lo mismo con nuestro Monarca. A su Majetad, en vez de ponerle chicas guapas, lo hacen desfilar por delante de chicos que lo insultan y le faltan al respeto.
De ahí, que ahora utilice un nuevo saludo.
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